Como lo oyen. John VandenBrooks, de la Universidad Estatal de Arizona en Tempe, ha logrado criar libélulas gigantes en un laboratorio aumentando el nivel de oxígeno en la atmósfera.
El objetivo de la investigación era demostrar la relación entre los altos niveles de oxígeno en la atmósfera del Paleozoico y los insectos gigantes... ¡y vaya si lo ha conseguido! Afortunadamente, el experimento solo ha surtido efecto con las libélulas y no con otros ejemplares como las cucarachas y los gusanos.
No obstante, el resultado con las libélulas fue espectacular. Los insectos fueron separados en tres grupos de 75 ejemplares cada uno: unos vivieron en una atmósfera aislada que contenía el 12% de oxígeno (el nivel más bajo que ha habido en el pasado), otros la habitaron a un 21% (el nivel de oxígeno en la actual atmósfera terrestre) y un tercer grupo sobrevivió al 31% (el nivel más alto que ha existido nunca). Los ejemplares con hiperoxia, los que vivieron con grandes concentraciones de oxígeno, crecieron de forma exponencial. Los investigadores creen que, posiblemente, este crecimiento esté relacionado con los tubos huecos en la tráquea de los insectos.
Fuente: ABC.
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